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Cómo evitar la ortodoncia

Cómo evitar la ortodoncia a nuestros hijos

La predisposición genética es un factor contra el que no podemos hacer nada para evitar la ortodoncia a nuestros hijos. Si es el caso y el niño presenta problemas de apiñamiento, sobremordida, o alguna otra patología, un tratamiento de ortodoncia es una buena solución.

Pero, hay factores que si podemos controlar para evitar que el bebé desarrolle en el futuro un problema de unos dientes mal alineados. Como siempre, la prevención es la mejor solución. Nos ahorrará tiempo, dinero y pasar por la incomodidad del tratamiento.

Cómo evitar la ortodoncia

Factores que están en nuestra mano para evitar una ortodoncia

1 – Sí a la lactancia materna.

Seguro que conoces decenas de beneficios atribuidos a lactancia materna. Pues ahora puedes sumar este otro: El acto de succionar el pecho reduce la probabilidad de tener maloclusiones y anomalías dentomaxilofaciales. Los bebés que han sido amamantados frente a los que han sido alimentados con biberón, presentarán unos maxilares mejor desarrollados.

2 – Masticar es saludable para evitar una ortodoncia.

Cada vez retrasamos más la introducción de alimentos no triturados. Además, encontramos más dietas con productos fáciles de masticar y durante un periodo de tiempo mayor. En consecuencia, cada vez se mastica menos y no se desarrollan los maxilares. Finalmente, los dientes se deben apiñar en unos maxilares no desarrollados.

Una pauta correcta para iniciar al bebe en la masticación sería introducir alimentos con texturas blanditas a partir de los seis meses. En torno al año, o año y medio, el niño ya debería masticar alimentos troceados.

3 – No prolongar el uso del chupete.

El chupete proporciona al bebé beneficios psicológicos. Les sirve de consuelo y les hace sentir seguros y confiados. El consenso actual por parte de los pediatras es retirarlo a partir del primer año. Y en cualquier caso, nunca debe pasar del segundo año.

Un chupete sin un tamaño adecuado al tiempo del bebe o usado más allá de los dos años puede alterar un saludable desarrollo dental en el bebe.

4 – Cuidado: no cambiar el chupete por el dedo.

Igualmente, el acto de chuparse el dedo compasivamente puede condicionar una mala posición de los dientes o una mordida abierta.

5 – Iniciarlos en una correcta higiene dental

Será muy importante para ellos que desde un principio asimilen unas pautas de higiene dental. Debemos acompañarlos hasta que interioricen el cepillado dental dos veces al día. Tendremos que hacer que el cepillado sea algo divertido. En ese camino podemos ayudarnos de cepillos de dientes especiales o pastas dentales especiales para niños.

Una mala higiene dental puede derivar en caries infantil y una prematura pérdidas de dientes. En tal caso, deberemos consultar la idoneidad de usar separadores.

6 – Trazar un calendario de revisiones.

Desde la irrupción de los primeros dientes debemos contar con la supervisión del odontopediatra o el dentista para niños. Él nos guiará durante el proceso de dentición. En estas visitas podemos detectar patologías ocultas y con un tratamiento a tiempo evitaremos tratamientos más costosos y complejos en un futuro.

7 – Bruxismo

Entre un 10 y un 20% de los niños presentan problemas de bruxismo: al dormir, aprietan o rechinan los dientes.

Las consecuencias pasan por un desgaste del esmalte dental exagerado o dolor muscular. Y en casos extremos podemos llegar a ver fracturas en los dientes y malformaciones en la mandíbula.

Si el niño presenta bruxismo, este suele desaparecer con la aparición de los dientes definitivos. Pero, si el bruxismo tiene causas físicas o psicológicas, deberemos consultar con profesionales y realizar un tratamiento.

8 – Prevenir el hábito de morder.

Aquí nos referimos al hábito de morderse tanto las uñas como objetos tipo material escolar -lápices, capuchones…-.

Esta costumbre puede terminar por causar daños en el esmalte y crea fuerzas que pueden llegar a fracturar y mover los dientes. Además, morderse las uñas puede derivar en gingivitis.
Si nuestro pequeño se muerde las uñas, debemos ayudarles a evitar esa costumbre. Explícale las consecuencias (riesgo de infecciones, problemas dentales y dolor), evítales situaciones de estrés y prémialo cuando evite la conducta.

Si no puedes evitar una ortodoncia busca a los mejores profesionales

Como has podido ver, hay muchos factores que están a nuestro alcance con los que podemos evitar una ortodoncia. Aun así, por motivos genéticos o, porque no podemos controlarlo todo, hay casos en los que no podremos evitarla.

Por suerte, contamos con la ortodoncia. Es un tratamiento seguro, con beneficios de por vida para nuestros hijos y en resumen, no debemos evitarla. Llegado el caso, busca a los mejores profesionales.

¿Sabías qué…?

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